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24/2/09

Oculto

"Los pensamientos se arremolinan dentro de ti y no eres capaz de atrapar la respuesta".

Conoces esta situación, no es la primera vez. Siempre has vivido en la nada y no se te hace extraño saber que tienes las manos vacías. Ves las líneas que las recorren y comprendes cada vez más su significado. La quiromancia interpreta los dibujos que serpentean en tus palmas, distinguiendo en ellas palabras evocadas en tu mente: "no mires, sólo da el paso". Y siempre te han conducido en la misma dirección.



Enebro, menta, tomillo, bergamota, son las drogas que necesitas. Sentir cómo sus aromas frescos revitalizan tu ser oculto. Ése que con un susurro ligero te convoca a despertar: Observa, abre bien los ojos, es el espíritu confuso, que nunca te supo enseñar el camino, nunca fue capaz de atinar el paso.

No sois grandes, no estáis por encima de las circunstancias. Pero sois libres de soñar. De escapar lejos. El cielo se enrojece al caer la tarde, las aves apuntan el ocaso como flechas gigantescas aladas. Preguntaos, ¿dónde debéis ir?.

Fluye el agua, caen las hojas, sonríe la Luna, se despereza el ser nocturno. Iluminados son sus ojos por el resplandor nacarado de la noche. Los tonos son plata. El silencio sereno. ¿Dónde encuentras el rumor del río? Nada, no le hagas caso. Siempre ronronea como un gato, la noche no le detiene.

Respiras, olfateas, sueñas. No sabes si la mirada vítrea de ese ser lloraba por ti o lloraba por todos. Intentas entenderlo, pero sólo puedes levantar los hombros y encoger el cuello. Tal vez piense que dudas, tal vez piense que tienes frío, pero tú expresas que no te importa. Cuando nada vale nada prefieres mirar hacia otro sitio.

Me avisas, eres tú. Sigues siendo el mismo tras esa poblada barba de dos meses. No has cambiado, para nada, pero ahora necesitas esto. Esconderte, sí señor. Inexistir. Colocar una barrera entre el mundo y tú. Escarbar una honda madriguera, oscura, horadada en la tierra húmeda. Las raíces de los matojos son el único adorno que embellece tu agujero.

Necesitas pasar desapercibido, no ser nadie, te cacher como dicen los franceses. Estar ahí abajo, sí, tal vez la noche te dé colmillos.

Estaremos solos.

¿Te vienes?

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