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12/5/09

A veces también dibujo


Ayer pasé de estudiar y me di un placer toda la tarde haciendo este dibujillo. A veces hay que desconectar y todo...
Posted by Picasa

8/5/09

La Creación

El ser humano tiene una capacidad única e inigualable en el resto del Reino animal conocido, que es la de crear. Todos lo sabéis, el ser humano es capaz de crear, transformar la nada en algo que produce beneficio, desde la satisfacción de contemplarlo u oírlo, hasta el beneficio de que te permita fregar el suelo sin tener que agacharte a restregarlo. La creación es un don que nos ha dado la naturaleza, o la evolución o lo que sea. Sin embargo nosotros mismos, en nuestra explosión creativa, nos la estamos arrebatando.

Siempre he sido un tipo creativo. Esto no quiere decir que haya sido un artista, que haya hecho cosas que le gusten a la gente. Pero siempre he sido creativo, ¿por qué? Porque no he sentido mayor placer con nada que creando. Escribiendo: viendo que mis ideas se transformaban en frases más o menos coherentes. Haciendo música: escuchando cómo mis manos daban forma a una serie de sonidos hasta convertirlos en algo más o menos escuchable. Trasteando una foto. Fantaseando una historia. Incluso he disfrutado dibujando, a pesar de ser lamentable. Siempre he disfrutado creando. Pero últimamente no, ¿por qué? Porque no soy capaz de crear nada.

Te levantas pensando en el curro. Hay una documentación que preparar, la tienes que enviar después a cierto sitio. No puedes olvidar nada, si no, te la van a echar para atrás. Le van a sacar pegas y no vas a conseguir lo que persigues. Es un reto al que te enfrentas. Andas con poco tiempo, no puedes preparar las cosas detenidamente, creándolas e hilándolas adecuadamente. Te dedicas a buscar en internet un formato sobre el que trabajar y salir del paso. Eres un autómata sin cualidades humanas. El estrés, la concentración prolongada y la falta de tiempo hacen que dilapides tu capacidad cerebral en lo que tienes que hacer. Acaba tu jornada (la mía, afortunadamente, a mediodía), comes y te vas a casa. No paras ni a echar una siesta y te piras a una abarrotada biblioteca a estudiar. No se te ocurrió nada mejor que seguir estudiando para engrosar tu currículum, o mejor dicho, para intentar equipararlo al de otro millón de personas
en España que se asemejan, pero superan el tuyo, y no quedarte atrás.

Te pasas toda la tarde ojeando y hojeando las páginas del temario. Tu mente es un gato rabioso que no para de luchar por escapar. Parte de lo que lees habla de situaciones de emergencia y te gustaría que hubiese un terremoto, un incendio o algo que te librase de las siguientes tres horas de tedio que te esperan. Sabrías cómo afrontarlo, el temario lo explica bien. Cómo utilizar un extintor, o la manguera que se encuentra al final de la sala.

Primero pulsa el botón de alarma. Mantén la calma, sé un líder y colabora con el resto de personas que allí se encuentran para que salgan ordenadamente. El pánico causa más muertes que el acontecimiento en sí. Apunta el extintor a la base de las llamas, en la misma dirección en que éstas señalan. Existen diferentes tipos de extintor según el tipo de fuego. No recuerdas cuál es el A, B, C o D, pero confías en que el que tienes en las manos sea el adecuado a las llamas contra las que luchas.

Esperas que alguien tenga una hemorragia y puedas detenerla con un torniquete o, a las malas, apretando su arteria entre tus dedos. Esperas que pase algo, pero no pasa nada. Te dedicas a mirar a un lado y a otro y a leer a ratos mientras luchas por encontrar la satisfacción en algo que no te gusta, pero al final acabas entrando por vereda y estudias.

Llegas a casa y cenas. Deseas tener tu rato de creatividad. Escribir algo, agarrar la guitarra y sacarle algunas notas. Tirar del archivo de fotos y manipular algunas. Leíste hace poco un libro sobre diseño gráfico y tienes algunas ideas. Pero no eres capaz. Tu cerebro ha dado todo lo que podía de sí y sólo tiene fuerzas para pensar que mañana debes continuar con la documentación a enviar, hacer algunos tests de tus estudios, avanzar un par de unidades didácticas. No quedarte atrás, no perder el tiempo. Miroteas algo en internet (porque la tele te ha demostrado reiteradas veces que es infumable) y te acuestas.

Eres un autómata y es lo que hay.

Te levantas y mientras vas al tajo piensas en una melodía que podría quedar bien. Intentas retenerla en la cabeza y decides que en cuanto vuelvas del curro la sacarás. Mentira, cuando llega mediodía sólo recuerdas unos fraseos deformes que no tienen nada que ver con lo que sentiste (y no digo escuchaste) en tu mente. Decides dejarte de gilipolleces y ponerte a estudiar.

Una de las herramientas más perfectamente creadas por el Mundo moderno es la alienación. Convertir al ser humano en un engranaje mecánico. Y es por lo que lucha día a día. Despojarte de tus instintos, no los primarios, sino los que te hacen diferente: la creación, el pensamiento propio. Todo eso que nos hace únicos.

Yo vengo sintiendo de un tiempo para acá que me lo han arrebatado. Y esta "crisis" tan bien orquestada está haciendo que me una a su juego cada vez más. Todos estamos asustados y no queremos quedarnos descolgados. Queremos ser lo que "ella" espera y nos esforzamos por ser hijos predilectos: más estudios, mejor currículum y mayor formación. Y con eso nos convertimos en
magníficos engranajes para su maquinaria de reloj suizo.

Y yo me cago en to lo que se menea.

Lo único que siempre me ha hecho sentirme vivo ha sido mi creatividad. Trabajo en algo en lo que priman las metas. Pero los que me conocéis sabréis que no me apasiona. Nunca hablo de mi curro más que "me va bien" "sí, estoy feliz". Y no es mentira. Mi madre siempre dice: "muy bien, es lo que tienes que hacer". Y es verdad, es lo que tengo que hacer como buen engranaje. El reloj debe dar las horas en punto. Sin embargo no me siento ni mucho menos entusiasmado, porque no siento esa emoción, ese nudo en el estómago, que me cosquillea por dentro cuando creo algo.

"Ella" me lo está arrebatando. Me está despojando de lo que de verdad me da placer. Hoy me siento jodido, por eso.

Cada mente humana es un tesoro. Podrías ir por la calle preguntándote qué esconde cada persona con la que te encuentras, pero te volverías loco. La mente humana, el pensamiento humano es en suma infinito. Y es algo que se está perdiendo. Ya no cuando llegas a adulto y tu curro te consume. Ya es desde pequeño: antes te creabas tus historias, más atrás con dos cachos de madera, después con una par de muñecos He-man... pero ahora crean una historia preciosa llena de color y se la clavan a los pequeños a través del mando de la play. Con eso hacen una especie de selección antural*. Consumen tiernas mentes creando autómatas desde pequeños, sobreviviendo a esa presión sólo unos pocos, los creativos del futuro.

"Ella" borra mentes y quiere a los mejores.

Envío mi currículum a 300 ofertas a la semana. Me doy cuenta que en cada una de ellas hay 300 personas. Me miro y veo a un tipo con aptitudes. Imagino a los otros 300 e intuyo que todos tienen amplias aptitudes. Al final escogen a uno y desprecian al resto. ¿Qué harían esas 300 mentes trabajando juntas? ¿Qué serían capaces de lograr?

No lo sé. Al final esas 299 mentes se conformarán con lo que les den, sus cerebros se alienarán y olvidarán lo que son: creadores. Y "ella" seguirá envileciéndose y creciendo y creando infelices.

Lo que ocurre es que no disfrutas las cosas que tienes que hacer, sino las que te gusta hacer.

Y al final no serás capaz de hacer nada.

P.D: Me siento bien habiendo creado esto.

*Antural:
Adj. contracción de "antinatural". Realmente quería escribir "natural", pero se me ha escapado la tecla y me ha salido al revés y ya lo he dejado así porque me ha molao. Tócate las bolingas.