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20/11/08

Cuando nada vale nada 2

No soy más que un participante en este juego, no soy el protagonista, no soy el equipo favorito a ganar la liga. Estoy aquí, en el puesto 10 u 11, pero sin posibilidades de victoria. Estoy abajo, estoy viviendo debajo de un cartón mientras en el edificio que hay al lado de éste vive gente a la que cada día le llega el sol, el agua caliente y la electricidad. Soy una hormiga perdida, que no es capaz de captar con sus antenas el rastro de las demás, no soy la reina; a la reina no le importo, soy una más y ella es la que toma partido en esta historia y hace y deshace. No soy más que el barrendero de la empresa, no puedo tomar decisiones estratégicas, no puedo cambiar las cosas. No tengo poder, de eso es de lo que se trata. Tengo algunas cualidades tal vez, pero no tengo el poder. El poder en muchas ocasiones se logra, se labra, se hace arraigar un naranjo en el polo norte, pero para eso hay que trabajar mucho. Demasiado, luchar contra los elementos, contra el orden natural de las cosas.





Soy pequeño y estoy abajo. En otras historias, en otros ámbitos, en otros lugares soy grande, magnánimo. Estoy arriba, mi decisión es la única que prevalece. Soy la reina de las hormigas, miro por la ventana al tío que malvive entre cartones mientras disfruto de mi calefacción central. Soy el director de la empresa, soy el rey tiránico.

Siento dolor al defecar millones de larvas de hormiga, siento pena por el que malvive abajo, siento agobio por el bien de la empresa, siento temor al cuchillo en la espalda.
Pero, desgraciadamente, nunca soy el igual, nunca miro cara a cara a nadie, nunca estoy frente al resto, nunca uno mis hombros a otros, nunca tengo la potestad de elegir.

Siempre arriba o abajo, nunca en el centro, en el lugar que de verdad deseo estar. Sentirme cómodo, sentirme vivo, sentirme correspondido, en paz, con todo el mundo.
Siempre arriba o abajo.

Todo esto es una gran metáfora, una gran mentira, unida al cielo y al infierno. Nunca sobre la tierra, jamás a ras del suelo, imposible estar en equilibrio. Eso es, así de sencillo.

1 comentario:

  1. ...no soy la reina; a la reina no le importo, soy una más y ella es la que toma partido en esta historia y hace y deshace.
    LA REINA CASTIZA

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